
Soy artista visual nacida en Bayamón, Puerto Rico, actualmente basada en Arecibo. Mi
práctica gira en torno a la pintura y los medios audiovisuales como herramientas para explorar la arquitectura vernácula puertorriqueña, la memoria colectiva y la relación entre identidad y paisaje construido. Me interesa particularmente la materialidad de los elementos arquitectónicos—como losas hidráulicas, bloques decorativos de cemento y rejas ornamentales—que han definido por décadas nuestra experiencia cotidiana y visual en la isla, y que hoy día enfrentan un proceso de desaparición silenciosa.
A través de técnicas no convencionales, como el uso de lijadoras orbitales, espátulas de construcción y procesos similares a los artesanales, intento recuperar visualmente estos fragmentos de nuestra cultura material. Mi trabajo no solo busca documentar, sino también reinterpretar estos elementos como símbolos vivos de identidad, memoria y permanencia.
Cuando recibí la invitación para colaborar con el proyecto La Casa Rosa Luisa junto a la artista Ada del Pilar—una creadora a quien admiro profundamente—sentí una conexión inmediata. La historia de esta casa en Ponce, marcada por los efectos del terremoto del 2020 y un incendio posterior, es también la historia de muchas estructuras en Puerto Rico: lugares llenos de capas históricas, de belleza desgastada, de silencios y promesas.
Me interesó este proyecto porque va más allá de la preservación física de una estructura. Casa Rosa Luisa propone una visión profundamente humana: rehabilitar una casa histórica mientras se construye una plataforma de empoderamiento para las mujeres y la comunidad. En este gesto hay una convergencia entre memoria, espacio, y agencia colectiva, que resuena mucho con los ejes que mueven mi trabajo.
Además de mi práctica artística, actualmente estoy gestionando un proyecto cultural en el casco histórico de Arecibo llamado La Vitrina. Estoy en proceso de rehabilitar un edificio antiguo para convertirlo en un espacio cultural que le devuelva vida al centro urbano del pueblo. Es un proceso lento, marcado por la escasez de fondos, pero guiado por el deseo de crear espacios sostenibles para la comunidad. Para mí, la solidaridad comunitaria y los esfuerzos colectivos son fundamentales, y por eso me siento especialmente comprometida con el espíritu de Casa Rosa Luisa.
Para la exposición el 1ro de junio presentaré pinturas que dialogan directamente con la
materialidad de la casa. Estoy observando sus detalles arquitectónicos, sus grietas, texturas y patrones ornamentales como puntos de partida. Lo que pueden esperar de mí es una exploración visual que amplifica la belleza y vulnerabilidad de estos espacios, y que busca rendir homenaje tanto a la historia del edificio como a la energía transformadora del proyecto que lo rodea. ¡Reserva tu espacio para este evento!
Las imagenes muestran el proceso de la creación de las piezas que verán en la exhibición Las artistas de Rosa Luisa: Memoria Prima el 1ro de junio desde las 3:00 pm en Casa Rosa Luisa.
1 comentario
Me interesa la exposición de Natalia Sánchez.