Casa Rosa Luisa como proyecto final: alojamiento y sustento (bed and breakfast)

¿Te has hospedado alguna vez en Puerto Rico en un lugar en donde te recibe una familia? ¿Te han preparado el desayuno, se han sentado contigo a hablarte sobre sus rutinas, sobre sus luchas, sobre sus formas de resistir viviendo en Puerto Rico? Si la contestación es que no, pues nunca has experimentado qué es hacer turismo desde un alojamiento y sustento. Quizás has visitado hoteles o AirBnB, pero los alojamiento y desayuno están muy lejos de ser ese tipo de hospedería. 


Actualmente existen sólo 10 alojamientos y sustentos certificados por la Compañía de Turismo de Puerto Rico y 5 en espera por este endoso. Esto representa unos retos muy grandes pues este tipo de estancia es la más pequeña y la mas relegada cuando se hablan de opciones de hospedería por falta de apoyo institucional y entendimiento de lo que es seguir siendo una vivienda mientras se reciben personas sin perder la esencia de un hogar. Hasta el momento, no existe un alojamiento en Ponce ni en el área sur  y Casa Rosa Luisa tiene la intención de convertirse en uno y aquí te explicamos las razones. 


Casa Rosa Luisa debe ser una vivienda. Esto responde a la ubicación de la casa y lo que hay alrededor. La casa está rodeada de apartamentos donde viven familias que son parte del entorno de la calle Salud y de la calle Jobos. El mantener a Casa Rosa Luisa como una vivienda ayuda a mantener la idiosincrasia que ya tiene el lugar, a respetar la intimidad y a no interrumpir los hábitos cotidianos de las personas que le rodean.


El turismo en Puerto Rico sigue creciendo. Ya para febrero 2025 había un incremento del 8% de visitantes a Puerto Rico. Esto es sin contar todo el turismo que Benito está trayendo. Es y será inevitable que personas extranjeras visiten nuestros espacios. Existe la necesidad de un turismo responsable que responda a las necesidades de la comunidad y no del que viene por un rato. Esto se hace diseñando proyectos turísticos que consideren al local comprándole sus productos y ofreciendo estos a quien viene, dándole oportunidad a otras personas de la comunidad a que se beneficien del espacio teniendo empleo o colaborando de alguna forma que no sólo sea la de servir. Un alojamiento y sustento combina la vivienda y el turismo de una manera que el hogar hace el proyecto turístico, pero Casa Rosa Luisa tiene un reto muy grande y es el estado en que está.


Reconstruir, restaurar y revitalizar una casa histórica en Puerto Rico es casi una tarea imposible. No hay ningún tipo de ayuda financiera que beneficie directamente a casa históricas y mucho menos cuando están en deterioro o en ruinas. Esto es un atentado directo a nuestra identidad edificada especialmente en una ciudad tan distintiva como Ponce precisamente por su jardín arquitectónico. Seguimos perdiendo cada día casas histórica mientras el problema de vivienda en el archipiélago se agudiza. El único apoyo económico que pudiera existir para la reconstrucción de la casa es que sea un negocio, pero, ¿qué tipo de negocio pudiera realmente ser de beneficio para la misma casa, su preservación y para las personas que están alrededor?


La mayoría de los incentivos gubernamentales que existen actualmente son para proyectos turísticos. Casa Rosa Luisa responde a ese llamado pero desde un proyecto de rescate de una casa histórica para el disfrute de todas las personas que transitan por la calle Salud y desean ver una ruina convertida otra vez en una vivienda y a su vez en un alojamiento que cuente la historia ponceña, especialmente la historia de las mujeres ilustres ponceñas. 


Hacer turismo responsable también implica educar y concientizar sobre la realidad puertorriqueña y nuestra condición colonial. Las personas que visitan Casa Rosa Luisase exponen a unos conocimientos sobre la realidad de nuestras casas históricas y la historia de las mujeres como nunca antes. Esto, a pesar de su estado en ruinas, sin techo, entre otros asuntos causado por los terremotos y el fuego intencional. Casa Rosa Luisa toma un enfoque mujerista y el proyecto asegura que la historia que se cuente sea una completa escudriñando el pasado para no dejar esas historias de las mujeres escondidas y tener una visión más completa de lo que ellas aportaron y de quienes somos hoy. 


Por último, ocupar es resistir. Lamentablemente, vivir en Puerto Rico es una continua resistencia. Ocupar a Casa Rosa Luisa y que sea lo que es hoy, un espacio que fomenta la historia y la cultura desde un enfoque mujerista y que aspira a que se convierta en una vivienda y alojamiento para seguir con esta misión, es resistir a todo lo que día a día atenta contra la identidad arquitectónica que a su vez se traduce a muchos otros problemas. Una casa en abandono crea desafíos sociales y de salud que ya se han discutido en otros artículos y durante eventos en la casa. 

En la foto representación de Casa Sol, Dos Aguas y 4 Casitas en su visita en solidaridad en el primer evento de Casa Rosa Luisa.

No todo proyecto turístico es igual. Considera apoyar a los alojamientos y sustentos que existen. Recientemente Casa Sol en el Viejo San Juan y La Casa Azul en Aguada han apoyado a Casa Rosa Luisa directamente y tienen fuertes lazos con la comunidad y la preservación del patrimonio y matermonio histórico. Antes de hacer una reservación, piensa a quien finalmente estarás beneficiando porque no nos queremos ir de aquí.

 

 

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